Lo que me llevó a realizar este proyecto fue la búsqueda de algo que todavía no había encontrado en el mundo de la política: la mirada desde dentro.

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El cáliz fotoperiodista, alejado del documentalismo y anclado en los momentos decisivos, lleva a mostrar una realidad reconocible y validada; en cambio, mis pretensiones se encaminaban hacia la estructura interna de esos momentos.

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Quise llegar al otro lado desde la política o, mejor dicho, a través de los políticos. A menudo se habla de la política como un circo mundial, donde los payasos no van maquillados.

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Con este trabajo pretendo mostrar que no se alejan del resto de los ciudadanos, si bien, lo que vemos es sólo una representación de lo que son. Ninguno de estos personajes representados es ajeno a la función pública que avalan con su imagen; de esa forma, convierto la imagen en un discurso no pragmático, no decisivo, no dirigido, sino discursivo.

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La sátira y lo grotesco son rasgos inherentes de la identidad española; impregnan nuestro legado cultural. Sin embargo, este trabajo no pretende servirse de lo grotesco y la parodia, sino encontrar esa naturalidad que existe detrás de la representación; ese espacio que está ahí, pero no es mostrado.